La creciente presencia policial ha provocado que los trabajadores inmigrantes que se congregan diariamente en busca de empleo eviten acudir a los puntos habituales de contratación por miedo a redadas y deportaciones.
Durante décadas, sectores como la construcción, el servicio doméstico o la agricultura han dependido de la mano de obra de miles de inmigrantes, conocidos como jornaleros, quienes suelen situarse en esquinas, paradas de autobús o estacionamientos de tiendas, esperando ser contratados por jornada o por semana.
Sin embargo, su exposición pública los vuelve vulnerables, especialmente tras la directriz del asesor presidencial Stephen Miller —arquitecto de la política migratoria de Donald Trump— que ordenó a agentes migratorios cumplir cuotas diarias de detenciones, poniendo el foco en los trabajadores que se ofrecen en lugares como Home Depot y 7-Eleven.
“Los jornaleros están atemorizados y también indignados por políticas racistas que los señalan por su apariencia o acento”, declaró a EFE Nadia Marín, vocera de la Red Nacional de Organización de Jornaleros (NDLON).
Marín agregó que muchos enfrentan el dilema entre pagar la renta o ser arrestados, y aunque el riesgo es alto, algunos continúan buscando trabajo en sitios menos visibles. Otros se refugian en casa durante días tras recibir avisos comunitarios sobre la presencia de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas), en solidaridad con quienes enfrentan redadas agresivas.
Un caso reciente ocurrió en East Windsor, Nueva Jersey, donde residentes protestaron frente a un Home Depot con pancartas que exigían la salida de ICE y reclamaban a la empresa que no coopere con las autoridades migratorias.
“Así como sacaron a los manifestantes alegando que era propiedad privada, también podrían impedir el ingreso de ICE, pero no lo hacen”, comentó un activista.
Detenido por usar el baño
Un jornalero hondureño, que prefirió mantenerse en el anonimato, relató a EFE que fue arrestado tras utilizar el baño de una tienda. “Me sentí discriminado. No robé nada, no soy delincuente. Solo vine a buscar empleo”, dijo el hombre, quien fue liberado tras contactar un abogado.
Según él, antes solían reunirse hasta 60 jornaleros en ese lugar, pero la cifra ha bajado drásticamente después de que el personal de seguridad advirtiera que llamarían a ICE. “Es una amenaza constante desde que Trump regresó. Se sienten autorizados”, sostuvo.
Dijo que muchos de sus compañeros están endeudados y no han podido pagar la renta por no encontrar trabajo. “Los que seguimos viniendo tenemos permiso, pero la mayoría, que no tiene documentos, ya no aparece. Son de Guatemala, México, Haití, Nicaragua, Colombia y África”, explicó.
El miedo ha afectado no solo a los trabajadores, sino también a múltiples industrias, desde la construcción hasta los restaurantes, pasando por jardinería y limpieza. Además, los jornaleros también eran consumidores frecuentes de los comercios donde ahora temen ser detenidos.
“Cumplen una función vital en la economía”, expresó Marín, quien advirtió que esta situación también facilita los abusos laborales, como el robo de salario. “Y si reclaman, los amenazan con llamar a Inmigración”, concluyó.
Fuente: Agencia EFE, East Windsor (Nueva Jersey, EEUU),