En la mañana de hoy, el Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático, CNLCC, el Instituto de Abogados para la Protección del Medio Ambiente, INSAPROMA, representantes de las comunidades de la provincia Peravia y público en general, efectuaron un plantón ante el Tribunal Superior Administrativo, TSA, para demandar a ese tribunal que ordene el cierre inmediato de Punta Catalina por ser altamente contaminante.
Las entidades organizadoras de la manifestación explicaron que Punta Catalina está bombardeando con nubes tóxicas y con micropartículas el aire que respira la población, y la montaña de cenizas tóxicas de más de 400 mil toneladas por año que han sido lanzadas a la intemperie, está contaminando el suelo, las aguas subterráneas y superficiales y también el aire de la zona.
Informaron pasada las 11:00 a.m. que la audiencia volvió a ser aplazada para el 27 de abril, a requerimiento del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales que pidió al tribunal más tiempo para analizar el estudio sobre las cenizas de Punta Catalina elaborado por la Universidad de Duke, de EUA.
Agregaron que esta central termoeléctrica está vertiendo agua hirviente al mar, lo que está matando los corales y todas las especies marinas del litoral de la provincia Peravia.
“Por efecto de este vertido de agua caliente al mar junto con los destrozos que perpetraron al construir el espigón de 1,200 metros del puerto carbonero de Punta Catalina, se acabó la pesca y la playa de Nizao parcialmente desapareció y la de Paya por completo”, dijeron.
Insistieron que depositaron en el Tribunal Superior Administrativo, TSA, que conocía esta mañana la solicitud de acción de amparo incoada por las organizaciones, pruebas
contundentes y concluyentes mediante videos y fotos de los estragos que está causando la contaminación letal de Punta Catalina.
“La última de estas pruebas es el estudio independiente realizado recientemente por la Universidad de Duke, Durham, Carolina del Norte, EUA, sobre estas cenizas, que comprueba la gran toxicidad de estos residuos de esta central que afectan directamente a la salud humana, además de contaminar el suelo, las aguas y el aire”, aseguraron.
Afirmaron que desde el mes pasado la población que reside desde Catalina hasta la ciudad de Baní, incluida ésta, están padeciendo grandes nubes de gases ácidos emitidos por la central que descienden a muy baja altura, produciéndose una densa neblina hacia el final de la tarde.
“Estos gases son dióxido de nitrógeno, dióxido de sulfuro y otros enriquecidos con micropartículas que son partículas de metales pesados suspendidos en el aire, que atacan órganos vitales como los pulmones, el corazón y el cerebro, con el riesgo de causar muertes, así como a los cultivos”, enfatizaron.
Advirtieron que estas nubes de gases tóxicos pueden producir decenas de muertes súbitas, especialmente de infantes y envejecientes, si en una noche se estacionan sobre la ciudad de Baní.
Manifestaron que el tribunal tiene la obligación de proteger los derechos fundamentales y constitucionales de más de cien mil personas de la provincia Peravia a la vida, a la salud y a un medio ambiente sano.
Indicaron que ningún interés general o particular está por encima de estos derechos, por lo cual el tribunal está en la obligación de protegerlos y resguardarlos mediante sentencia.
Señalaron que la acción de amparo es la última de las medidas que han emprendido para parar la contaminación de estas plantas de carbón.
“Todos los ayuntamientos y distritos municipales de la zona han emitido resoluciones planteando la conversión a gas natural de estas plantas y para que se saquen las cenizas depositadas fuera de la provincia, autoridades y legisladores de la provincia han apelado al presidente de la República para que se solucione esta contaminación, sin embargo el Gobierno ha permanecido indiferente”, observaron.
Informaron que en el acto de presentación del estudio de la Universidad de Duke, EUA, sobre las cenizas, celebrado en Baní, el miércoles pasado, las fuerzas vivas de la provincia decidieron movilizarse en defensa de la vida y la salud de la población.
“No nos vamos a dejar matar por la contaminación de Punta Catalina y por la indolencia de las autoridades nacionales, vamos a hacer que la tierra tiemble por las protestas que realizaremos en defensa de nosotros mismos, de nuestras familias y de nuestra tierra”, proclamaron.