Encuentran en RD piedra de ámbar con fósiles de flor y avispa parásita de hace 30 millones de años

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Fósiles de una rara flor del género Plukenetia mínima y una avispa parásita de más de 30 millones de años, encontrados en la mina La Búcara de la Cordillera Septentrional. (FUENTE EXTERNA)

Los restos fosilizados de una rara flor y una avispa parásita con más de 30 millones de años de antigüedad fueron encontrados en la mina de ámbar La Búcara de la Cordillera Septentrional, cerca de Santiago y Puerto Plata, por un paleontólogo estadounidense, publicó la revista especializada Historial Biology. 

George Poinar Jr., paleontólogo del Departamento de Biología Integrativa de la Universidad Estatal de Oregón, fue quien encontró la piedra de ámbar cenozoico.

Por medio del artículo, el profesor dio a conocer que la rara flor encontrada en el país es una planta que pertenece a la familia Euphorbiaceae del género Plukenetia mínima, la cual tiene más de 300 géneros. En la actualidad la mayoría son encontradas en África, Madagascar y Asia.

“En América tropical existen unos 105 géneros con 1,800 especies de las cuales 65 son endémicas” describió Poinar.

Estas especies de plantas son lianas o enredaderas que se encuentran en los bosques tropicales húmedos a altitudes de hasta unos 1000 m. Encontradas en América en tierras bajas de las cuencas del Amazonas de Ecuador, el norte de Perú y Brasil.

El artículo describe que el fósil contiene una flor pistilada (funcionalmente unisexuales) senescente completa, bien conservada con frutos maduros, también una avispa parásita con cuerpo marrón oscuro y negro, antenas, ojos y patas marrones claros.

“La asignación de la flor pistilada al género Plukenetia se basa en la presencia de un pedicelo, cápsulas dehiscentes de cuatro lóbulos, cuatro sépalos persistentes en el fruto, sin pétalos y estilodios connatos en una sola columna con puntas estigmáticas enteras”, señaló el paleontólogo.

De acuerdo con Poinar, la avispa parásita hembra pudo haberse alimentada del polen de las flores macho adyacentes de Plukenetia mínima que no se conservaron en el ámbar.

Dentro de la flor se encontró una larva de mosquito de las agallas, definido en el artículo como una especie de mosca pequeña que atacan todas las etapas de las plantas con flores.

Según Boinar, la avispa pudo haber quedado atrapada atraída por el mosquito buscando depositar un huevo que, tras eclosionar, habría parasitado a la larva del mosquito de las agallas.

“La presencia de estos dos insectos asociados a Plukenetia mínima sp. nov. revela información sobre el microhábitat. Parecería que ambos insectos sobrevivieron en el nicho ecológico creado por la vegetación y las inflorescencias de Plukenetia minima sp. nov.”, finalizó Poinar.

En la actualidad no se encuentra esta familia de plantas en las Antillas Mayores.

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