Los restaurantes rusos en la ciudad de Nueva York han sido blanco de llamadas y correos electrónicos hostigadores por parte de trolls que los culpan por la invasión rusa de Ucrania.
Muchos de los dueños de los restaurantes son descendientes de ucranianos, tienen cónyuges e hijos ucranianos, o escaparon del régimen soviético, pero aún reciben mensajes que les dicen que «se vayan a casa» y los critican por el ataque de Putin.
La propietaria del Russian Samovar en West Village, que se inauguró en la década de 1980, dice que ha visto caer su negocio en un 60 por ciento y que la gente ha pateado la puerta del restaurante por la noche.
«Todos huíamos del mismo mal», dijo Vlada Von Shats. Abc7. ‘Mi negocio, mi negocio cae drásticamente de la noche a la mañana.’
«Mi esposo es ucraniano, yo soy rusa, mis hijos son mitad ucranianos, mitad rusos, así que para nosotros es una tragedia personal», agregó.
El samovar ruso es solo uno de los muchos negocios que, a pesar de su condena vocal por la guerra y la recaudación de fondos en apoyo de Ucrania
Muchos dejan claro en sus sitios web y letreros en los restaurantes que apoyan a Ucrania.
«The Russian Tea Room renuncia a los actos de guerra no provocados de Rusia en los términos más enérgicos posibles», se lee en una alerta que aparece en el sitio web del establishment de Nueva York desde hace más de 90 años.
«Así como los fundadores originales, los directores soviéticos que fueron desplazados por la revolución, se opusieron a la Unión Soviética de Stalin, nosotros nos oponemos a Putin y al pueblo de Ucrania».
Tzarevana, en el Lower East Side, tiene una declaración similar en su página.
‘Hagamos Borsch, no la guerra. Como establecimiento pacífico de Europa del Este, Tzarevna no apoya ninguna noción de guerra y lucha humana innecesaria. Esta guerra es producto de la política y no representa el vínculo real que comparten los ucranianos y los rusos”.
