Hoy, domingo 9 de marzo de 2025, Estados Unidos está experimentando el cambio al horario de verano, conocido como Daylight Saving Time (DST). A las 2:00 a.m., los relojes deben adelantarse una hora, lo que implica perder una hora de sueño, pero disfrutar de más luz durante la tarde. Este cambio se mantendrá hasta el 2 de noviembre de 2025, cuando se regrese al horario estándar. La medida busca optimizar el uso de la luz natural y reducir el consumo energético.

La mayoría de los estados en EE.UU. siguen este ajuste, incluyendo áreas como California, Texas, Nueva York, Florida, entre otros. Sin embargo, hay algunas excepciones, como Hawái y la mayor parte de Arizona, que no adoptan el horario de verano debido a su ubicación geográfica y condiciones climáticas. Además, algunos territorios como Puerto Rico y Samoa Americana también quedan exentos de este cambio.
El impacto del cambio de hora va más allá de la modificación de los relojes. Aunque parece un ajuste pequeño, afecta varias áreas de la vida diaria, como el sueño, la productividad y el comportamiento social. La transición al horario de verano busca aprovechar mejor la luz solar y mejorar la eficiencia energética.