El senador de Nueva Jersey Bob Menéndez y su esposa Nadine se declararon no culpables el miércoles ante un juez federal en Nueva York de una acusación federal de tres cargos relacionados a utilizar su influencia para embolsarse cientos de miles de dólares en sobornos.
La declaración se dio durante la lectura de cargos en la mañana ante la jueza Ona Wang. Otros dos acusados también se declararon no culpables. Un tercer coacusado, Wael Hana, fue procesado el martes y se declaró no culpable.
Otros dos empresarios también se declararon no culpables, mientras un tercero fue procesado el martes y asimismo se declaró no culpable.
Menéndez tiene pautado regresar a la corte el 2 de octubre.
Desde que se reveló la acusación el viernes, Menéndez ha negado repetidamente haber actuado mal. Sin embargo, se enfrenta a una avalancha de pedidos de dimisión por parte de sus colegas demócratas en el Senado y a nivel local en Nueva Jersey. Hasta el martes por la noche, dos docenas de sus colegas demócratas en el Senado habían pedido que dimitiera.
Entre esos se encuentra el senador de Nueva Jersey Cory Booker, quien el martes pidió la renuncia de Menéndez. En un comunicado, Booker resaltó su respeto al trabajo que ha realizado el senador Menéndez como servidor público al decir «he sido testigo de su extraordinario trabajo y su ilimitada ética de trabajo». Sin embargo, resaltó que la nueva acusación federal «contiene impactantes acusaciones de corrupción y detalles específicos e inquietantes de irregularidades» que la han parecido «difícil de conciliar con la persona que conozco».
Al dar estas palabras, Booker, considerado también uno de los senadores demócratas sobresalientes de Nueva Jersey, dijo que aunque el senador Menéndez tiene derecho de demostrar su no culpabilidad, su renuncia es importante por respeto a los que lo siguen y no hacerlo es «un error».
“Mientras el senador Menéndez se prepara para montar su defensa legal, ha declarado que no renunciará. El senador Menéndez afirma ferozmente su inocencia y, por lo tanto, es comprensible que crea que renunciar es evidentemente injusto. Pero creo que esto es un error», dijo el senador Booker. “Renunciar no es una admisión de culpa sino un reconocimiento de que ocupar un cargo público a menudo exige enormes sacrificios con un gran costo personal. El senador Menéndez ha hecho estos sacrificios en el pasado para servir. Y en este caso deberá volver a hacerlo. Creo que renunciar es lo mejor para aquellos a quienes el senador Menéndez ha servido toda su vida”.
Booker agregó que no le sorprende que Menéndez esté montando una «defensa vigorosa», pero señaló que los funcionarios públicos deben cumplir con estándares más altos.