WASHINGTON DC.- El presidente Donald Trump firmó una nueva orden ejecutiva que establece una prohibición total de ingreso a ciudadanos provenientes de Haití y otros once países, invocando razones de seguridad nacional. La medida afecta tanto a personas que buscan establecerse en Estados Unidos como a aquellas con estatus temporal. A esto se suman limitaciones parciales aplicadas a ciudadanos de otras siete naciones.
La restricción abarca completamente a ciudadanos de Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Asimismo, establece limitaciones parciales para personas procedentes de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela. Esta disposición entrará en vigencia el lunes 9 de junio a las 12:01 a.m., según indica el documento oficial. El texto resalta que el mandatario tiene la obligación de garantizar que quienes ingresen al país no representen una amenaza para los ciudadanos estadounidenses.
En el caso particular de Haití, el informe gubernamental señala que el 31.38 % de los haitianos con visas B1/B2 permanecieron en el país más allá del tiempo autorizado, así como un 25.05 % en los visados F, M y J. Además, el documento acusa a cientos de miles de haitianos indocumentados de haber ingresado durante la administración de Joe Biden, generando presión sobre comunidades locales. Se argumenta también que la falta de capacidad institucional en Haití impide controlar adecuadamente la salida de sus ciudadanos y sus posibles vínculos con redes ilícitas.
Por otro lado, la República Dominicana ha intensificado las deportaciones de haitianos en situación migratoria irregular. Entre enero y mayo de 2025, fueron repatriados más de 145,000 individuos, lo que representa un aumento del 71 % respecto al mismo período del año anterior. Solo en mayo se registraron 34,190 deportaciones, la cifra mensual más alta del año.
Este contexto de violencia, pobreza y desplazamiento masivo ha generado alarma tanto dentro como fuera del país, especialmente entre las comunidades haitianas en Estados Unidos, como la de Springfield, Ohio, donde muchas familias han optado por marcharse ante el temor de detenciones y expulsiones masivas.