New York.-La llegada de miles de menores indocumentados a Estados Unidos por la frontera sur enfrenta al gobierno de Joe Biden al riesgo de una crisis en una de las zonas políticamente más sensibles de su país.
El presidente demócrata asumió el cargo con la promesa de una política migratoria más humana que la de su antecesor Donald Trump, pero para algunos defensores de los inmigrantes, son en parte sus propias decisiones las que están contribuyendo a un alza en la llegada de menores no acompañados.
Aplicando una normativa adoptada por Trump a raíz de la pandemia de coronavirus, el gobierno de Biden está deportando a la mayoría de los inmigrantes sin papeles detenidos en la frontera, originarios sobre todo de Centroamérica.
Pero Biden, a diferencia de Trump, decidió no expulsar a los menores que llegan solos huyendo de la violencia y la miseria y desbordan los refugios, que además operan con capacidad reducida debido a la pandemia.