Un voraz y raro incendio forestal en Colorado creció a 1,600 acres en cuestión de horas avivado por vientos de hasta 110 mph y ha forzado a evacuar a decenas de miles, según las autoridades. Siete personas resultaron heridas, entre ellas un miembro de los equipos de emergencia.
Al menos 500 casas habían sido calcinadas, además de un hotel y un centro comercial en las afueras de Denver, y 30,000 personas tuvieron que ser evacuadas el jueves por la noche, según las autoridades.
El gobernador de Colorado, Jared Polis, lo llamó «absolutamente devastador» y declaró el estado de emergencia. Además ordenó la evacuación de todos los residentes de las ciudades de Superior y Louisville, en Boulder.
«El fin [de las llamas] no llegará hasta que el viento amaine», reconoció el sheriff del condado de Boulder, Joe Pelle, en declaraciones recogidas por el diario The Denver Post. «Este es el tipo de incendio que no se puede combatir de frente», precisó.
Las autoridades de Colorado han pedido a los residentes de estas zonas que evacúen en dirección norte y este para evitar las llamas y las rutas que han resultado bloqueadas. La autopista interestatal 36 fue cerrada en ambos sentidos.
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Pacientes de cuidados intensivos, cuidados intensivos neonatales y emergencias fueron evacuados del Avista Adventist Hospital en Louisville, pero los pacientes quirúrgicos debieron quedarse en su lugar y buscar refugio.