El príncipe Harry reveló que sufrió ataques de pánico y cayó en borracheras y drogas mientras luchaba contra la impotencia de no poder salvar a su madre, la princesa Diana.
El duque de Sussex, de 36 años, habló en su nuevo programa de Apple TV + sobre el trauma que sufrió tras la muerte de Diana en un accidente automovilístico en París en agosto de 1997.
«Estaba dispuesto a beber, estaba dispuesto a tomar drogas, estaba dispuesto a intentar hacer las cosas que me hacían sentir menos como me sentía», confesó Harry.
“Pero poco a poco me di cuenta de que, está bien, no estaba bebiendo de lunes a viernes, pero probablemente bebería el equivalente a una semana en un día, un viernes o un sábado por la noche.
«Y me encontraba bebiendo, no porque lo disfrutara, sino porque estaba tratando de enmascarar algo».
Según reporta el portal de noticias Page Six, Harry estaba a solo unas semanas de su cumpleaños número 13 cuando Diana murió, y le dice a Oprah Winfrey en su nuevo programa de Apple TV + «The Me You Can’t See» (El yo que no puedes ver), cómo se volvió casi un adicto la bebida y las drogas.
Le contó a Oprah cómo su esposa, Meghan Markle, lo ayudó a buscar ayuda hace más de cuatro años después de una pelea en la que volvió a ser un «niño de 12 años».
La serie lo muestra recibiendo una terapia como el tratamiento EMDR, una técnica de psicoterapia interactiva utilizada para aliviar el trauma y el trastorno de estrés postraumático.
Dijo que, durante su niñez, adolescencia y juventud, «yo tampoco estaba en un ambiente en el que me animaran a hablar de eso, eso era algo así como aplastado».
Cuando se embarcó en los deberes reales, se llenó de pavor.
«Cada vez que me ponía un traje y corbata y tenía que hacer mi papel, era algo así como decir, ‘Vamos’. Antes incluso de salir de la casa, estaba empapado de sudor, mi ritmo cardíaco era … estaba en una pelea o modo de vuelo. Ataques de pánico, ansiedad severa, entonces desde los 28 hasta probablemente los 32 fue un momento de pesadilla en mi vida, de total locura”, reveló.