El limón, compañero en la cocina y amigo de nuestra salud

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Fuente externa

El limón es esa fruta refrescante por su solo aspecto, que se cuela en casi todos los platos, ya sea apareciendo en una esquina en gajos preparados para ser exprimidos con el tenedor sobre sopas, carnes o pescados, o con su sabor inigualable con el que se condimentan elaboraciones gastronómicas exquisitas o populares. Pero, sobre todo, es ese amigo imprescindible en la cocina que, además, contiene en su interior recetas para cuidar nuestra salud.

Aunque actualmente el limón se cultiva en todo el mundo, y se puede encontrar en todos los mercados a lo largo del año, el limonero es originario del sudeste de Asia, donde los botánicos creen que ya se producía desde hace más de 2.500 años y desde donde se fue expandiendo hacia Occidente de la mano y conocimiento de los árabes (de hecho, la palabra limón procede del término árabe ‘laimún’), que lo difundieron a partir del siglo X por la cuenca mediterránea.

Sin embargo, el limón fue prácticamente desconocido para los griegos y los romanos hasta que ya en la Edad Media comenzó a ser consumido habitualmente. La pulpa jugosa de ese fruto vistoso y brillante consiguió rápidamente, y debido a su sabor ácido y fresco, ser muy demandado en aquellas zonas en las que, con la extracción de su jugo, sus habitantes conseguían bebidas refrescantes que aliviaban la sed en épocas de altas temperaturas.

No sólo un clima benéfico, también una tierra fértil, fueron las condiciones ideales para que los limoneros consiguieran arraigar y hacerse populares, por sus propiedades curativas y su papel en la gastronomía, siguiendo lentamente el camino hacia Occidente.

En la península ibérica, su cultivo se extendió entre los años 1100 y 1250, sobre todo por la zona de Levante, donde hoy en día se sigue concentrando gran parte de la producción de limones en España, y donde el limón que más se consume es el amarillo y grande, con pocas semillas y que presenta una piel gruesa y rugosa, muy aromática, utilizada también para dar sabor a muchos platos, sean dulces o salados en la gastronomía.

En el siglo XVI fue introducido en el continente americano por los exploradores españoles y, durante el siglo XVIII, el limón se hizo indispensable entre los marineros, que lo solían comer en abundancia en sus largas travesías porque sabían que les protegían del escorbuto, enfermedad muy corriente cuando existe una carencia de vitamina C (ácido ascórbico), que se producía por la escasez de alimentos frescos en el barco y cuyas provisiones solían acabar pudriéndose.

Aunque de esta fruta se conocían los beneficios para la salud, no fue hasta 1932 cuando se descubrió la riqueza que contenía este cítrico de esta vitamina C.

MÉXICO A LA CABEZA DE SU PRODUCCIÓN MUNDIAL

El limón es el fruto en baya del limonero, árbol de hoja perenne y espinoso de la familia de las rutáceas. Según su tamaño, los limones se pueden clasificar en pequeños, medianos y grandes; y por su color en verdes y amarillos, con una pulpa muy jugosa y aromática y que contiene escasas semillas. Los climas más benéficos para su crecimiento son los templados y los tropicales

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