Por: Karolina Martinez–
En la sociedad actual, vivimos atrapados en una carrera imaginaria donde el éxito se mide en tiempos récord, muchos miran a los demás con condescendencia si no han alcanzado ciertos hitos a determinada edad o si avanzan a un ritmo diferente en cualquier aspecto de la vida.
Estas personas, que actúan como jueces del progreso ajeno, olvidan una verdad esencial: cada quien tiene su tiempo, su proceso y su camino.
Los «cadáveres emocionales» son aquellos que han perdido la capacidad de empatizar con el ritmo de los demás, son quienes creen que el éxito solo vale si se consigue rápido y a cualquier costo, incluso pisando cabezas para subir, viven en una constante competencia, sin detenerse a disfrutar del trayecto, y con frecuencia, cuando llegan a la meta, descubren que están vacíos.
Pero la vida no es una carrera con un solo carril ni un solo ganador, no todos florecemos al mismo tiempo, ni con las mismas oportunidades, algunos alcanzamos las metas jóvenes, otros lo hacemos con más años y experiencia, y ninguno de los dos caminos es mejor que el otro, la verdadera victoria está en poder disfrutar el proceso, aprender de los fracasos y respetar nuestro ritmo propio y el de los demás.
No estamos aquí para apresurarnos, sino para crecer, el éxito que se construye con paciencia y respeto con bases sólidas y duraderas, y en realidad no se trata de llegar primero, sino de llegar completo o completa.
Experiencia vivida!