Alcalde de NY anuncia recortes en seguridad escolar y ratifica que no hay espacios cómodos para quienes pidan albergue

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El gobierno municipal concluye estar con el "agua al cuello" por la escasez de espacios para recibir a más personas que siguen cruzando la frontera sur con México Crédito: Ed Reed | NYC Mayoral Office

Al alcalde Eric Adams confirmó esta semana que las presiones financieras causadas por la crisis migratoria en la ciudad de Nueva York, lo están obligando a tomar decisiones que etiquetó como una de las más “dolorosas” desde que está al frente del gobierno municipal: Es un hecho, que 250 agentes de seguridad escolar no podrán ser contratados en los próximos meses, por los recortes presupuestarios, los cuales ya empezaron a afectar en cascada a varias agencias municipales.

En efecto, se ratificó que para los próximos meses de diciembre y enero, se ordenó un tijerazo del 5% de los fondos, en gran parte de los departamentos municipales, que prestan servicios esenciales a la Gran Manzana.

Adams sugirió que los padres y representantes podrían tener que dar un paso al frente y ofrecerse como voluntarios para ayudar a mantener seguras las escuelas de la Gran Manzana, después que cientos de agentes de seguridad recién capacitados, fueran recortados por el costo de la crisis migratoria.

“Vamos a apoyarnos en grupos de padres para que hagan algo de voluntariado. Vamos a esforzarnos a un nivel muy alto para hacer esto correctamente y que esto no signifique en ningún momento que caiga la seguridad de nuestras escuelas”, sugirió.

Actualmente hay alrededor de 3,900 agentes de seguridad escolar trabajando en las escuelas públicas de la Gran Manzana, un 25% menos que antes de la pandemia.

Por su parte, la vicealcaldesa Sheena Wright aclaró que en las próximas semanas, se publicará un plan detallado de los “precipicios fiscales” que están causando los inmigrantes que requieren albergue y servicios básicos en la Gran Manzana.

“Cada agencia sentirá el impacto de estos recortes y también los neoyorquinos. Lo van a sentir de arriba a abajo. Y esa es la verdad. Continuaremos superando esta crisis como lo hemos hecho, pero será difícil”, aseveró.

Asimismo, en la bancada republicana del Concejo Municipal de inmediato saltaron críticas a los recortes planteados.

“Involucrar a los padres en la seguridad escolar es realmente una idea excelente. Vernos obligados a hacerlo, porque nuestro presupuesto de seguridad escolar, desapareció en el agujero negro de los inmigrantes, es inaceptable. Pero independientemente de ello, siempre es bienvenida una mayor participación de los padres en las escuelas”, publicó en la red social X, la concejal Vicky Paladino.

Inmigrantes no quieren refugio de Brooklyn

El otro costado de esta crisis migratoria, además de los problemas presupuestarios, es que los migrantes que piden albergue, están rechazando las escasas comodidades de los únicos sitios disponibles para pernoctar, luego de meses de haber contado con habitaciones en hoteles y otro tipo de instalaciones.

La apertura el pasado domingo, de un refugio para recibir a 2,000 familias de inmigrantes en la antigua instalación naval Floyd Bennet Field, en Brooklyn, marcó una nueva etapa en cómo la Ciudad de Nueva York seguirá encarando la emergencia causada por la oleada de personas que siguen llegando a la Gran Manzana a solicitar albergue, luego de haber pasado la frontera sur.

Ante la escalada de críticas, por el perfil del nuevo centro de emergencia, que es el primer lugar semi-congregado que recibe a familias con niños, el alcalde en su rueda de prensa semanal, advirtió que esta es apenas una de las consecuencias visibles de un flujo humano que de “manera desequilibrada” están asumiendo los neoyorquinos.

“Desde hace meses hemos pedido auxilio federal. Este nuevo albergue ha sido una de las pocas opciones que encontramos, luego de meses atendiendo dignamente a centenares de miles de familias. Hemos dicho varias veces que no tenemos más espacio. Y esta ha sido una de las tantas decisiones difíciles que hemos tenido que tomar”, acotó.

Las quejas esbozadas por los mismos recién llegados, han sido las mismas que habían previsto las organizaciones de defensa: el sistema de calefacción no es suficiente, los baños son compartidos, no hay camas, sino catres, quedan muy lejos de las escuelas y los sitios en donde se podría conseguir trabajo. En general, no hay privacidad para lo esencial.

Diario NY

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