Jeff Bezos y Lauren Sánchez arribaron a Venecia esta semana para celebrar su lujosa boda, evento que desató manifestaciones lideradas por grupos ambientalistas, defensores del derecho a la vivienda y estudiantes. Los activistas denunciaron que la ceremonia representa un símbolo de excesos, elitismo y exclusión ciudadana. La pareja llegó en un exclusivo taxi acuático, resguardados por seguridad, al Hotel Aman, pero la atención rápidamente se desvió hacia las protestas que crecían por toda la ciudad.
Una de las voces más críticas fue la de la supermodelo Tyler Sebago, quien declaró que esta boda refleja las contradicciones del sistema que personas como Bezos representan: donaciones públicas que contrastan con prácticas corporativas que afectan negativamente al medioambiente y a comunidades locales. Aunque el empresario ha financiado proyectos como Corila, una organización dedicada a la conservación de la laguna veneciana, los manifestantes consideran que esto forma parte de una estrategia de relaciones públicas para limpiar su imagen, mientras sigue participando en dinámicas que perjudican el planeta.
Inicialmente, los organizadores pensaban bloquear los canales cercanos al lugar del enlace, pero al saber que este se trasladó al Arsenale zona restringida y de mayor seguridad, cambiaron sus planes. En su lugar, organizaron una gran marcha para el sábado con música y ambiente festivo, iniciando desde la estación de tren Santa Lucía. La boda, que contará con celebridades como Leonardo DiCaprio, Katy Perry y Oprah Winfrey, se celebrará bajo estrictas medidas de seguridad, lo que según los manifestantes refuerza su denuncia sobre la apropiación de espacios públicos en beneficio de élites multimillonarias.