EFE
New York.-Nueva York marcó este sábado un año desde que comenzaron a imponerse medidas de confinamiento, distancia social, cierre de negocios y el fin del turismo masivo, con la ciudad inmersa en la reapertura progresiva con el avance de la campaña de vacunación, aunque temerosa del impacto de las nuevas variantes.
En una muestra de lo impredecible que ha sido la pandemia, el viernes, 13 de marzo de 2020, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, inauguraba el primer centro de pruebas de covid-19 en el condado de Westchester y advertía de que la pandemia y las medidas para contenerla podrían durar ‘seis meses o más’.
Por su parte, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, declaraba el estado de emergencia en la ciudad y prohibía las aglomeraciones de más de 500 personas, un número que en solo unos días se redujo a cero y que hoy parece un disparate.
El regidor aseguraba que su prioridad era mantener abiertos los colegios y el transporte público. Dos días después se suspendieron todas las clases y se anunciaban las primeras muertes por el coronavirus en la ciudad, que en solo un mes se convertiría en el epicentro mundial de la pandemia.
El uso del transporte urbano aún sigue muy por debajo de los niveles previos a la pandemia, debido, en gran parte, a que la ciudad sigue dando prioridad al teletrabajo o a los desplazamientos en coche particular.
El 13 de marzo, el entonces presidente, Donald Trump, declaró la emergencia nacional por la pandemia, con lo que comenzaban a liberarse fondos federales para luchar contra el virus, que comenzaba a hacer estragos en las dos costas de Estados Unidos, especialmente en los geriátricos.
Tras el cierre de los teatros de Broadway, la autoridades estatales de Nueva York ordenaron el cierre de todos los negocios no imprescindibles y el inicio de un confinamiento domiciliario que no se relajó hasta la llegada del verano y que volvió a reforzarse desde el otoño.
Así comenzó en Nueva York un año de confinamiento, negocios cerrados, vuelos internacionales limitados al que solo ahora comienza a verse el final gracias a la extensión de la campaña de vacunación.
Las autoridades de Nueva York anunciaron recientemente que las actuaciones de Broadway podían regresar a la ciudad a partir del 2 de abril, pero con una capacidad reducida del 33 %; un límite que para las grandes producciones de Broadway se antoja muy difícil de cumplir.
Asimismo, en abril ya no se exigirá a los viajeros nacionales que se pongan en cuarentena domiciliaria y los estadios podrán permitir a hasta 500 personas si facilitan prueba negativa de coronavirus o de vacunación.
Los restaurantes de ‘la ciudad que nunca duerme’ ya pueden abrir al 35 % de su capacidad desde finales de febrero y a partir del lunes podrán organizar eventos al 50 % de la capacidad hasta un límite de 150 personas.
Pese a que la campaña de vacunación está progresando con lentitud en los distritos más afectados por el coronavirus, como el Bronx, uno de cada cinco neoyorquinos ya he recibido una o dos inyecciones de la vacuna y con la primavera podría llegar la nueva normalidad a la ciudad.